Judith Botler, filosofa y feminista inglesa, expone que “la desigualdad social y económica asegurará que el virus discrimine. El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos seguramente lo hacemos, moldeados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y un capitalismo que tiene límites por lo que estamos avisorando su transformación” (Lavaca.org).
En síntesis la salud no es una mercancía, es una obligación social, coincidieron pensadores en distintos momentos, como Noam Chomsky, Pepe Mújica, Fernando Savater, Paul Krugman, Norberto Bobbio, el caso de Albert Camus, con su obra La Peste, inclusive el novelista Sthepen King con su Apocalipsis.
Lo sucedido esta semana, en aeropuertos, puertos, mares internacionales demuestran el cataclismo del modelo neoliberal sustentado en el mercado: Estados Unidos robó cargamento de mascarillas a Francia e intercepta medicamentos enviados a Alemania en Thailandia, los portaviones de la 7ª Flota del Pacífico son utilizados como corsarios piratas para robar mascarillas y medicamentos contra el coronavirus.
Así Alemania se apropia un embarque de respiradores destinados a Polonia. La República Checa piratea envío de medicamentos a Bulgaria. Francia decomisa mascarillas, gel, ventiladores a España, al igual que Turquía requisa respiradores de España.
Donald Trump, en su insaciable sed reeleccionista, recurre ahora a frenar el supuesto terrorismo de Venezuela e Irán. Recurre a su pasión depredadora para invadir mares e impedir apoyos internacionales a estas dos naciones, ahogadas por las criminales restriccicones económicas a cambio de sus recursos energéticos y desarrollo nuclear.
Lo mismo sucede con Cuba, que hoy en día está acordonada para impedir que salgan médicos, vacunas y equipo de salud en respaldo a las naciones devastadas por el COVID-19 como Italia, España, Francia y Alemania. La inmoralidad genocida de una visión de mercado, se desploma para recuperar los espacios para la responsabilidad social, humanismo y solidaridad de los pueblos.
En la revista Proceso No 2264, LOS HÉROES VESTIDOS DE BLANCO, de Alejandro Gutiérrez, Ane Marie Mergier e Irene Savid, exponen el grave problema de países como Italia, España y Francia han padecido ante la pandemia del conavirus, como consecuencia del proceso privatización de gobiernos neolioberales: España.
El sistema sanitario español fue considerado el mejor de Europa por el índice de Bloomberg de 2018; ahora, al enfrentar al Coronavirus, van quedando al descubierto los efectos de la precariedad provocada por la crisis de 2008, los continuos recortes presupuestales y una gestión de los Gobiernos del Partido Popular (PP) con su desmedida ansia privatizadora.
La sanidad fue uno de los sectores españoles en los que más se cebó la crisis. Francia. Durante casi un año, encabezados por los médicos de urgencias, multiplicaron acciones de protesta para denunciar las condiciones en las que debían ejercer su profesión, resultado de dos décadas de políticas neoliberales de drásticos recortes presupuestarios.
Se manifestaron en toda Francia, organizaron grandes marchas en París, cubrieron las fachadas de los hospitales y las paredes de los pasillos de los centros de salud con carteles y mantas con sus reivindicaciones, y lanzaron un amplísimo movimiento enarbolando brazaletes rojos.
Italia. El zumbido de las máquinas y de los respiradores. Centenares de pacientes de distintos géneros y edades, tumbados en camillas y amontonados en los pasillos, algunos intubados y con respiración asistida. Enfermeros y médicos exhaustos, con trajes protectores. Las morgues saturadas, ya sin espacio para los cadáveres. Los camiones del ejército se llevan los cuerpos, pues no hay lugar en los cementerios.
¿Que diablos pasa en el mundo? Se exclama en redes, se vocifera en las calles, se grita en los balcones. ¡Ya es la ley de la selva?, los países de la OTAM se devoran entre ellos mismos.
Mientras los que están fuera de ese organismo de alianza militar, son los que apoyan, envían medicamentos, mascarillas, respiradores y sobre todo vacunas como China, Rusia y Cuba. La solidaridad demostrada por naciones opuestas al capitalismo despiadado inmerso en un mercado voraz y glotón.
La inmoralidad genocida de una visión de mercado desplomada que busca recuperar los espacios para la responsabilidad social, el humanismo y la solidaridad de los pueblos.
“El neoliberalismo todo lo contamina, todo lo pervierte y en el área de la atención a la salud en instituciones públicas no es la excepción. Aunque los gobiernos anteriores negaron una y otra vez que no hubo privatización en el sector salud (IMSS e ISSSTE), desde hace muchos años se rentan equipos médicos, se subrogan servicios a laboratorios y hospitales privados como el servicio de hemodiálisis a millones de derechohabientes, se crean las famosas APP (asociaciones público-privadas para construir hospitales), se otorgan a empresas contratos para atender las áreas de limpieza, servicios de ambulancias, lavado de ropa y vigilancia de los nosocomios.
La reforma más perversa y criminal, que más daño ha causado a la población son Las víctimas: los derechohabientes y los trabajadores de la salud. Después de 36 años de desmantelar al sistema de Salud Pública el deterioro es notorio.
México no cumple adecuadamente en la atención hospitalaria y lo ubica en el último lugar de esa organización. El subejercicio de recursos, en los sectores más «vulnerables», no llega a clínicas ni hospitales. (Eva Cuervo, El País).
México destruyó el sistema de salud pública. Desapareció mas de 80 mil millones de pesos del Seguro Popular. Desvío recursos en la construcción de hospitales, mas de 300 en todo el país, dejándolos en obra negra, desviando a Fideicomisos los excedentes.
Aniquiló la formación profesional de médicos, prostituyó los exámenes a especialidades vendiendo cuestionarios resueltos de antemano, dando salarios de miseria a doctores y enfermeras pero sobre todo aniquilando el sistema de salud publica para beneficio de las transnacionales y además propiciando el desabasto de medicinas, equipo médico y condiciones hospitalarias en toda la nación.
La voracidad, cínica y obscena, de nuestros gobernantes del modelo neoliberal de Salinas de Gortari a Peña Nieto, llevándose entre las piernas a los panista mustios, corruptos y mandilones.
Gobiernos que hundieron al país en su sistema de salud y hoy piden, exclaman que se recurra al financiamiento internacional para incrementar la deuda publica que heredaron.
Se supone que ante un enemigo común los pueblos se galvanizan, ponen en pausa sus rencillas cotidianas y marchan juntos a la guerra. Y eso no está sucediendo ahora en España, Inglaterra, Estados Unidos o México frente a la tragedia sanitaria y económica que ha desencadenado el Covid-19.
“Lejos de fortalecerse el liderazgo político de los mandatarios, la crisis ha provocado en estos países una aceleración del acostumbrado canibalismo en la esfera política y en las redes sociales” (Jorge Zepeda Patterson. El País).
Y así manipulan redes sociales, contratan personeros que inventen, promuevan, expongan fake news todos los días en las redes. El cinismo de la oposición no tiene límites. La Dresser zopilotea ausencia de estadísticas catastróficas.
Reforma recicla, retoma, divulga a conciencia toda la mierda opositora. Los paladines de la miseria informativa que reclaman su paraíso perdido, Ciro, Hiriart, Alemán, Ferriz, Dóriga, Riva Palacio, el tumbaburros calderonista y periódicos como Milenio, Universal, Excelsior.
La inmoralidad opositora contra la transformación inevitable de México.
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